12:20 Prisas por llegar al salón de actos y coger un buen sitio.
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12:25 Nervios por la muchedumbre que iba llegando, cada vez más y más gente, más y más ruido...
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12:30 Impaciencia. ¿Pero aún no empieza? Si en el cartel ponía 12:30, pero claro, si la clase de 4º ni siquiera se ha sentado aún...
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12:38 Por fin, entre un pequeño silencio que se crea en la sala, se abre la puerta, entra nuestra Directora y seguidamente, él, Luis Alberto de Cuenca. Entre aplausos y algún que otro "fiu fiu" saluda y se preparan para sentarse. Paulatinamente se crea de nuevo esa ausencia de sonido para que la presentación se realizara como es debido.
Tras una emotiva introducción, Luis Alberto dio una alegría a unos cuantos de la sala: 5 personas no se marcharían con las manos vacías... Y es que traía 5 libros para sortear entre los presentes (todo un detalle).
Durante más o menos hora y media estuvo leyéndonos sus poemas, explicándonos cómo se le ocurrían algunas cosas y alguna que otra anécdota, como la mezcla de aquella chiquilla americana que estudiaba en el edificio de enfrente y su figurita de la Venus de Willendorf.
Nos consiguió arrancar unas risas con su "y tus padres se mueren" del poema de "La malcasada". Y sobre todo aquella ovación cuando dijo "y ahora, el desayuno"...
Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».
Y más aún cuando nos leyó la letra de Caperucita feroz, canción del grupo Orquesta Mondragón:
Pero las 2 llegaron y tras multitud de aplausos que se dejaron para el final, nos despedimos.
"No se vive de la poesía, sino que la poesía vive en nosotros."