martes, 3 de noviembre de 2009

Francisco Ayala


Hoy ha fallecido Francisco Ayala y por eso quiero rendirle un pequeño homenaje en este blog.

Nació en Granada en 1906. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en Madrid. En 1934 obtiene la cátedra de Derecho Político de la Universidad Central. La sublevación militar de julio de 1936 lo sorprendió en Buenos Aires, donde se encontraba dando unas conferencias. Vuelve a España y se pone al servicio del Gobierno de la República como funcionario de Relaciones Exteriores. Al final de la guerra se traslada a París y más tarde a América, donde ejerce la docencia universitaria en Buenos Aires, Puerto Rico y Nueva York y Chicago. En 1960, después de veinte años de ausencia, pasa unos meses en España y a partir de entonces visitará con frecuencia su añorada patria.

En 1971 se le otorga el Premio de la Crítica por su obra El Jardín de las delicias. Poco a poco estrecha los lazos que le unen a su compatriotas. Hasta que se instala definitivamente en Madrid. Desde 1984 es miembro de la Real Academia de la Lengua Española y recibe el premio Cervantes en 1991.

Es un hombre polifacético que ha desarrollado su actividad intelectual en varios campos, como profesor de Sociología, Derecho político y Literatura, ensayista, crítico literario y autor de cuentos y novelas.

En su trayectoria literaria se distinguen dos etapas. La primera, antes de la guerra, se caracteriza por su tono imgaginativo y estetizante. En esta época estuvo vinculado al grupo de la "Revista de Occidente" y su concepción de la literatura se mantuvo dentro de los límites de lo que Ortega llamaría "arte deshumanizado".

La segunda etapa es la que corresponde al período del exilio. Ahora nos transmite una visión de la realidad amarga y desencantada. Para él, el mundo es una tragicomedia y el hombre un ser dominado por los vicios más abyectos. Destacan los relatos cortos, agrupados en diferentes libros: Los usurpadores (1949) y La cabeza del cordero (1949). Sus dos novelas más conocidas: Muertes de perro(1958) y El fondo del vaso (1962). Ambas, aunque independientes, constituyen las dos partes de un mismo tema: una dictadura hispanoamericana. Lo que le interesa al novelista es dejar constancia de los efectos que un régimen represivo produce en el interior de los hombres que lo viven. Las conclusiones a las que llega son pesimistas, demoledoras: el miedo, el instinto de conservación corrompen al hombre, que mata para poder seguir viviendo. En esta carrera de la destrucción de los otros, en esta lucha por la supervivencia, muchos son los que mueren como perros - de ahí el título de la primera novela- o descubren, al quedarse solos y llegar "al fondo del vaso", la tremenda miseria de la condición humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario